"A mi juicio, el mecanismo que está funcionando durante más de un cuarto del siglo ha probado su eficacia y no existen fundamentos para cambiarlo", dijo a Sputnik agregando que la operación pacificadora trajo la estabilidad a la región, excluyó conflictos armados y víctimas entre la población civil.
También indicó que la operación podría transformarse solo tras lograrse una justa solución del conflicto entre Moldavia y Transnistria, cuando entre ambas se establezcan las relaciones de buena vecindad y se garantice en plena medida la seguridad del pueblo de la República Moldava de Transnistria.
Transnistria, donde los rusos y los ucranianos constituyen el 60% de la población, luchó por separarse de Moldavia desde antes de la desintegración de la Unión Soviética, al temer que el auge del nacionalismo empujara a los moldavos a unirse a Rumanía.
Chisinau perdió el control sobre los territorios en la orilla izquierda del Dniéster en 1992 tras un intento frustrado de resolver el problema por la fuerza.