Las obras responden al acuerdo entre Tokyo y Washington para trasladar la base de Futenma, situada en al centro urbano de la isla, a una zona más despoblada en la costa de Henoko, en Nago.
El Ministerio de Defensa recurrió entonces la decisión al ministro de Suelo, Keiichi Ishii, quien el martes la calificó como inválida.
El ministro de Defensa, Gen Nakatani, ha dicho esta mañana que espera que las obras se aceleren para "evitar la ansiedad de la gente que vive cerca de la base de Futenma y eliminar los riesgos" que conllevan los aviones sobrevolando núcleos urbanos, según la agencia japonesa Kyodo.
Un centenar de ciudadanos ha intentado bloquear el acceso de los trabajadores sentándose en la carretera mientras gritaban "No permitiremos que vuelvan las obras".
Entre ellos estaba Susumu Inamine, alcalde de Nago, quien ha calificado al Gobierno de Tokyo de "despota" y ha prometido que seguirá luchando para detener la reubicación de la base.
Los planes del Gobierno de Okinawa pasan por elevar el caso a un panel independiente que resuelve los conflictos entre Tokyo y las prefecturas sobre interpretaciones legales.
En caso de que tampoco funcione, acudirán a los tribunales.
En la isla, con apenas un 0,6% del suelo nacional, se aprietan más de la mitad de las 50 mil tropas norteamericanas del país y 76 de sus 113 bases.
Las bases se asocian al crimen, a las violaciones sexuales, a la contaminación y al daño medioambiental.
En 1996, tras la violación de una niña por parte de tres militares y la consecuente indignación popular, Tokyo y Washington acordaron trasladar la base de Futenma a Nago.
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Pero los habitantes de ésta se oponen y quieren que las bases norteamericanas abandonen la isla.