"Es importante evitar la injerencia de terceros países en los acontecimientos ocurridos en Bolivia", dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en una comparecencia ante la prensa.
La Presidencia rusa catalogó los hechos sucedidos en Bolivia como un asunto interno de ese país.
"Es un asunto interno de Bolivia. Y aquí es importante que nuestros amigos bolivianos resuelvan sus problemas dentro de la legalidad constitucional", subrayó.
El Kremlin abogó también por el rápido retorno de la tranquilidad en Bolivia.
"Esperamos el pronto restablecimiento de la calma en este país. Deseamos que así sea", apostilló.
Bolivia registró el 26 de junio, un intento de golpe de Estado por parte del excomandante del Ejército boliviano, el general Juan José Zúñiga. Las autoridades arrestaron a los militares involucrados en el levantamiento armado contra el Gobierno, tras la detención de Zúñiga, informaron medios locales.
Previamente, la Fiscalía General del Estado de Bolivia anunció que comenzará una investigación penal contra Zúñiga, quien había sido destituido el pasado martes tras haber hecho una serie de amenazas contra el expresidente Evo Morales (2006-2019).
Luego del levantamiento, Arce designó como nuevo comandante en jefe del Ejército a José Wilson Sánchez, quien llamó a todos los militares movilizados a que regresaran a los cuarteles y prometió defender al "Gobierno legalmente constituido".
El ministro de Defensa de Bolivia, Edmundo Novillo, aseguró que la situación estaba bajo control.
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