El 10 de enero el Tribunal de Arbitraje de Moscú declinó la demanda de una filial de Siemens, relacionada con las cuatro "turbinas de Crimea", en la que se exigía, entre otras cosas, declarar el carácter ilegal del contrato.
"Estamos contentos, el juicio mostró que la verdad está de nuestra parte, en Rusia se crea un precedente que demuestra que resulta ilegal exigir que las empresas rusas cumplan las restricciones de EEUU y la UE en el territorio nacional", indicó la compañía.
El Tribunal de Arbitraje de Moscú a mediados de diciembre negó al consorcio Siemens la devolución de las turbinas suministradas a Crimea y al mismo tiempo declinó la solicitud de Rostec de excluir del contrato los puntos sobre la prohibición de sacarlas de la península de Tamán.
La Unión Europea no reconoce la pertenencia de Crimea a Rusia y prohíbe a las empresas comunitarias suministrar equipos y transferir tecnologías a fabricantes en esa península.
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Las autoridades rusas están seguras de que las turbinas llegaron a Crimea de manera legítima, porque fueron modernizadas a fondo con el uso de las tecnologías rusas.