"Si España invirtiera más en ciencia, la capacidad de respuesta sería mucho más rápida"
"Si España invirtiera más en ciencia, la capacidad de respuesta sería mucho más rápida"
Sputnik Mundo
Su invento está dando la vuelta al mundo. Se trata de un test de detección de COVID en cuatro minutos. ¿El creador? Un español afincado en Estados Unidos... 11.02.2021, Sputnik Mundo
Los molestos hisopos que se introducen en la nariz para saber si estás contagiado o no de coronavirus podrían quedar muy pronto en el pasado gracias a la iniciativa del investigador español César de la Fuente. Su test es capaz de detectar el COVID a través del móvil y en cuatro minutos, tan solo se necesita un chip y saliva. "Al principio de la pandemia había evidencia de que la vía nasal predecía mejor la presencia del virus. Nosotros hemos probado también por esta vía y la eficacia es similar en ambas. La idea es hacerlo lo más fácil posible porque la gente ya está cansada. Queremos crear algo muy sencillo de usar, que sea barato y que tenga un efecto de prevención", explica a Sputnik el investigador desde Estados Unidos en una entrevista telefónica.En su laboratorio de la Universidad de Pensilvania llevan años dedicados a diagnosticar y tratar las enfermedades infecciosas por bacterias, especialmente de las que muestran más resistencia ante los antibióticos y, cuando llegó la pandemia, pensó que debía aportar su granito de arena. "Sentí que tenía que contribuir en algo, fue entonces cuando el equipo y yo decidimos aplicar algunos de nuestros conocimientos con la tecnología para poder detectar el virus", manifiesta de la Fuente. El aspecto diferencial de su test de diagnóstico con respecto a otros que existen actualmente en el mercado, es el tipo de tecnología que usan. La suya se llama electroquímica y permite transformar la información química derivada entre el virus y el receptor, en una señal eléctrica. Además, el tiempo de detención es mucho más corto: en apenas cuatro minutos, podrás conocer el resultado, y el coste del test es mucho más económico, ya que se puede adquirir por cinco dólares (alrededor de cuatro euros). Funciona a través de un chip situado en un adhesivo de cartón y con una máquina que se conecta al móvil que va emparejada con una app. ¿Cómo funciona? Muy sencillo. Tan solo habría que poner una muestra de saliva en el chip, esperar dos minutos y después introducirlo en la máquina que se conecta al móvil. "Esa máquina se encargará de transformar la señal química en una señal eléctrica y la visualización del resultado se verá en la app móvil", explica de la Fuente. Los chips colocados en esa especie de cartón son impresos a través de una impresora creada también por el investigador, eso sí, "no hay que olvidar que todavía continúan en fase de prototipo", recalca. De momento están en medio de un ensayo clínico para saber cuál es el rendimiento del test cuando se amplía el número de muestras y preparando los materiales para enviarlos a la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), la entidad en Estados Unidos responsable de aprobar los diagnósticos para uso en la población. "Estamos trabajando en mejorar la visualización de la aplicación para que sea lo más intuitiva y sencilla posible", detalla.Tras obtener una fiabilidad de cerca del 90% en sus ensayos clínicos probados en pacientes reales de COVID, muchas han sido las personas interesadas en adquirirlos: "Hemos recibido emails y llamadas de muchos países por parte de gobiernos y sociedad civil, pero todavía estamos a la espera de que la FDA lo apruebe".Una vez aprobados por la FDA, el siguiente paso sería buscar colaboraciones con distribuidores para poder enviarlos a los países interesados. "Estamos considerando ahora dos tipos de aplicaciones para esta tecnología: una es la fabricación de un dispositivo del tamaño de un ordenador portátil para ponerlo a la entrada de colegios, universidades y estados, y poder hacer cribados masivos y otra en su versión en el móvil para utilizar en casa".De este modo, uno de los grandes beneficios de este chip es que, al producirse mediante impresoras, la capacidad de producción es muy alta y "con 100 impresoras, podríamos 15 millones de test al día", asegura el investigador. "Realmente es necesario escalar la producción porque hace falta. En concreto en Estados Unidos hay 300 millones de personas y si pudiéramos producir entre 20 y 40 millones de test al día, se podría tener un buen control de lo que ocurre en la población y prevenir brotes".Asimismo, esta tecnología podría contribuir a detectar otros virus como el de la gripe —que mata a mucha más gente de la que pensamos cada año—, enfermedades de transmisión sexual y súper bacterias. De hecho, recientemente han comprobado que su test es capaz de detectar nuevas cepas como la variante de Reino Unido.En los próximos meses, su test podría convertirse en una importante herramienta para frenar la pandemia ya que "va a ser fundamental hacerse el test, incluso después del COVID", pues considera que, aunque la vacuna esté entre nosotros, hay que ver qué pasa con la inmunidad después de los cuatro meses que en teoría dura esa inmunidad. "Creo que los test de rápido testeo van a estar en nuestra sociedad durante un largo tiempo, incluso para la gripe. Tener esa información es tremendamente útil para prevenir muertes y gastos sanitarios en un país", afirma. Por el momento, de la Fuente seguirá un tiempo desarrollando su proyecto en Estados Unidos y no tiene en mente volver a su tierra natal a corto plazo, aunque "me encantaría". Él es uno de los muchos ejemplos que abandonan el país en busca de mejores oportunidades laborales. "Creo que en España hay un montón de talento, pero hay que cuidarlo y fomentarlo, sino es talento perdido", asegura.
Su invento está dando la vuelta al mundo. Se trata de un test de detección de COVID en cuatro minutos. ¿El creador? Un español afincado en Estados Unidos llamado César de la Fuente. En Sputnik hemos conversado con él para que nos explique los detalles de su iniciativa.
Los molestos hisopos que se introducen en la nariz para saber si estás contagiado o no de coronavirus podrían quedar muy pronto en el pasado gracias a la iniciativa del investigador español César de la Fuente. Su test es capaz de detectar el COVID a través del móvil y en cuatro minutos, tan solo se necesita un chip y saliva.
"Al principio de la pandemia había evidencia de que la vía nasal predecía mejor la presencia del virus. Nosotros hemos probado también por esta vía y la eficacia es similar en ambas. La idea es hacerlo lo más fácil posible porque la gente ya está cansada. Queremos crear algo muy sencillo de usar, que sea barato y que tenga un efecto de prevención", explica a Sputnik el investigador desde Estados Unidos en una entrevista telefónica.
En su laboratorio de la Universidad de Pensilvania llevan años dedicados a diagnosticar y tratar las enfermedades infecciosas por bacterias, especialmente de las que muestran más resistencia ante los antibióticos y, cuando llegó la pandemia, pensó que debía aportar su granito de arena. "Sentí que tenía que contribuir en algo, fue entonces cuando el equipo y yo decidimos aplicar algunos de nuestros conocimientos con la tecnología para poder detectar el virus", manifiesta de la Fuente.
El aspecto diferencial de su test de diagnóstico con respecto a otros que existen actualmente en el mercado, es el tipo de tecnología que usan. La suya se llama electroquímica y permite transformar la información química derivada entre el virus y el receptor, en una señal eléctrica. Además, el tiempo de detención es mucho más corto: en apenas cuatro minutos, podrás conocer el resultado, y el coste del test es mucho más económico, ya que se puede adquirir por cinco dólares (alrededor de cuatro euros).
"Nuestro mayor sueño es que cada persona pueda permitirse económicamente este tipo de test y que pueda hacer un testeo con alta frecuencia a lo largo del día para poder dirimir cuál es el estatus del COVID", añade, "al final lo que nos interesa es prevenir la propagación exponencial en toda la población".
César de la Fuente
Doctor en Microbiología e Inmunología por la Universidad British Columbia
Funciona a través de un chip situado en un adhesivo de cartón y con una máquina que se conecta al móvil que va emparejada con una app. ¿Cómo funciona? Muy sencillo. Tan solo habría que poner una muestra de saliva en el chip, esperar dos minutos y después introducirlo en la máquina que se conecta al móvil. "Esa máquina se encargará de transformar la señal química en una señal eléctrica y la visualización del resultado se verá en la app móvil", explica de la Fuente.
Los chips colocados en esa especie de cartón son impresos a través de una impresora creada también por el investigador, eso sí, "no hay que olvidar que todavía continúan en fase de prototipo", recalca. De momento están en medio de un ensayo clínico para saber cuál es el rendimiento del test cuando se amplía el número de muestras y preparando los materiales para enviarlos a la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), la entidad en Estados Unidos responsable de aprobar los diagnósticos para uso en la población. "Estamos trabajando en mejorar la visualización de la aplicación para que sea lo más intuitiva y sencilla posible", detalla.
Tras obtener una fiabilidad de cerca del 90% en sus ensayos clínicos probados en pacientes reales de COVID, muchas han sido las personas interesadas en adquirirlos: "Hemos recibido emails y llamadas de muchos países por parte de gobiernos y sociedad civil, pero todavía estamos a la espera de que la FDA lo apruebe".
Una vez aprobados por la FDA, el siguiente paso sería buscar colaboraciones con distribuidores para poder enviarlos a los países interesados. "Estamos considerando ahora dos tipos de aplicaciones para esta tecnología: una es la fabricación de un dispositivo del tamaño de un ordenador portátil para ponerlo a la entrada de colegios, universidades y estados, y poder hacer cribados masivos y otra en su versión en el móvil para utilizar en casa".
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Si tuvieras que hacerte un test de detección rápida de COVID, ¿qué preferirías?
De este modo, uno de los grandes beneficios de este chip es que, al producirse mediante impresoras, la capacidad de producción es muy alta y "con 100 impresoras, podríamos 15 millones de test al día", asegura el investigador. "Realmente es necesario escalar la producción porque hace falta. En concreto en Estados Unidos hay 300 millones de personas y si pudiéramos producir entre 20 y 40 millones de test al día, se podría tener un buen control de lo que ocurre en la población y prevenir brotes".
Asimismo, esta tecnología podría contribuir a detectar otros virus como el de la gripe —que mata a mucha más gente de la que pensamos cada año—, enfermedades de transmisión sexual y súper bacterias. De hecho, recientemente han comprobado que su test es capaz de detectar nuevas cepas como la variante de Reino Unido.
"Se prevé que el COVID se va a quedar con nosotros de manera crónica como la gripe, con lo cual es importante conocer cuáles van a ser los meses de alta susceptibilidad. Nuestro test no puede confundir el virus de COVID con otros como el de la gripe. El test es muy selectivo para el SARS-CoV-2", asegura su creador.
César de la Fuente
Doctor en Microbiología e Inmunología por la Universidad British Columbia
En los próximos meses, su test podría convertirse en una importante herramienta para frenar la pandemia ya que "va a ser fundamental hacerse el test, incluso después del COVID", pues considera que, aunque la vacuna esté entre nosotros, hay que ver qué pasa con la inmunidad después de los cuatro meses que en teoría dura esa inmunidad. "Creo que los test de rápido testeo van a estar en nuestra sociedad durante un largo tiempo, incluso para la gripe. Tener esa información es tremendamente útil para prevenir muertes y gastos sanitarios en un país", afirma.
Por el momento, de la Fuente seguirá un tiempo desarrollando su proyecto en Estados Unidos y no tiene en mente volver a su tierra natal a corto plazo, aunque "me encantaría". Él es uno de los muchos ejemplos que abandonan el país en busca de mejores oportunidades laborales. "Creo que en España hay un montón de talento, pero hay que cuidarlo y fomentarlo, sino es talento perdido", asegura.
"Animo al Gobierno español a invertir de verdad en ciencia, innovación y tecnología porque es lo que mueve la economía mundial. Si queremos estar a la vanguardia de la innovación, es mucho mejor tener la tecnología en nuestra casa. Si España invirtiera más en ciencia, la capacidad de respuesta sería mucho más rápida", concluye.
César de la Fuente
Doctor en Microbiología e Inmunología por la Universidad British Columbia
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