"A estas horas acabamos de concluir una comunicación con el compañero Pedro Haslam [autoridad política del norteño departamento de Matagalpa] quien viene bajando del macizo de Peñas Blancas, donde sucedió la tragedia que nos ha conmovido a todos, (…) donde perdieron la vida nueve hermanos. Nos hace falta encontrar a la mamá y la abuelita de la niña Karen Junieth Martínez quien también perdió la vida. A ellas no las hemos podido encontrar todavía", dijo Murillo en una intervención especial ante los medios gubernamentales.
"Las personas evacuadas fueron 160.597 hasta la noche de ayer [por el martes 17], (...). Y a esta hora, las 6 de la tarde cuando se preparó este corte, continuaban albergados, atendidos también con alimentación y medicinas, puestos de salud 56.469 personas en todo el país", apuntó Murillo.
Además del deslave de Peñas Blancas, municipio Tuma La Dalia en el departamento de Matagalpa (norte), que resultó la peor tragedia humana dejada por Iota en Nicaragua, se reportó otro causante de dos víctimas en Wamblán, municipio Wiwilí, del departamento de Jinotega (norte).
📹 Al menos 48.000 personas han sido evacuadas a más de 560 refugios instalados en todo el país. El poderoso huracán Iota dejó un saldo de seis personas muertas y tres desaparecidas a su paso por territorio del país centroamericano 🇳🇮
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) November 18, 2020
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Al amanecer del 17 de noviembre la crecida repentina de un río arrastró dos viviendas en la comunidad La Piñuela, del departamento de Carazo (región del Pacífico) causando la muerte de una mujer y cuatro niños.
Sobre estas tragedias, la vicepresidenta de Nicaragua advirtió, en varias de sus intervenciones de los últimos días, la necesidad de que la población gane en conciencia sobre las potenciales situaciones de riesgo en casos de desastres naturales.