"El crimen de Barbados fue un acto cobarde, asesino y cruel de terrorismo apoyado por el imperio (Estados Unidos). El pueblo cubano indignado lloró, pero también ratificó su convicción de soberanía, no se rindió y la Revolución en pie es el peor castigo para los asesinos", escribió el mandatario cubano en su cuenta de la red social de Twitter.
The Barbados crime was a coward, murderous & cruel terrorist act supported by the empire. Outraged Cubans mourned, but reaffirmed their belief in sovereignty, didn't surrender & the Revolution, still standing, is the worst punishment for the killers. #SomosCuba#SomosContinuidad pic.twitter.com/m8wFQkI4ns
— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) October 6, 2020
El 6 de octubre de 1976, un avión Douglas DC- 8 de fabricación estadounidense, cayó al mar a consecuencia de dos explosiones, y que ocasionó el derribo de la nave mientras volaba a unos 5.500 metros de altura, minutos después de partir del aeropuerto internacional de Seawell, en Barbados.
Investigaciones posteriores confirmaron que los autores intelectuales del hecho fueron los exiliados cubanos Luis Posada Carriles (1928-2018) y Orlando Bosch Ávila (1926-2011), residentes en Estados Unidos y cabecillas de grupos extremistas de la oposición al Gobierno de la isla, quienes posteriormente fueron protegidos por la justicia estadounidense.
Por su parte, también se identificó como autores materiales del acto terrorista a los ciudadanos venezolanos Freddy Lugo y a Hernán Ricardo Lozano, exagentes de la antigua Dirección General Sectorial de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP) de esa nación suramericana, quienes fueron arrestados en Trinidad y Tobago.
Cada 6 de octubre, en Cuba se conmemora el Día de las Víctimas del Terrorismo de Estado, para recordar a las más de 3.400 personas que han perdido la vida a causa de atentados y ataques agresivos, en su mayoría ejecutados por exiliados residentes en Estados Unidos.