El ámbito de la información y el espacio cibernético son el campo de batalla de las grandes potencias en los tiempos en que vivimos. Los principales jugadores de este gran tablero se cruzan acusaciones continuamente cuando lo que deberían hacer, en opinión de Oleg Jrámov, es construir un diálogo internacional fluido.
Eso no resulta fácil teniendo en cuenta que EEUU y sus aliados occidentales han tomado por costumbre culpar a Rusia de los ciberataques. El vicesecretario recuerda todas las acusaciones que se han dirigido a Rusia en los últimos años.
Por supuesto, el rumor de la injerencia cibernética rusa ganó especial resonancia durante la campaña y las elecciones presidenciales de EEUU de 2016 y las de medio mandato de 2018. Y es que siempre es beneficioso tener un rival exterior al que culpar de todos los males que sufre el país. Esto puede sonar especialmente familiar a estas alturas de 2020, a semanas de unas nuevas elecciones.
Según la propia autoridad del Consejo de Seguridad de Rusia, el líder indiscutible en ciberataques es Estados Unidos, y no ellos. "Entre 2016 y 2019, entre el 40% y el 75% [de la actividad perjudicial], dependiendo del tipo de los ataques", correspondió a EEUU, mientras que a Rusia, dice, solo entre el 2% y el 7%.
Esto dibuja un panorama en que EEUU y sus aliados aplican una doble moral y "apuntan a Rusia, China, Corea del Norte e Irán como principales orígenes de las ciberamenazas" mientras continúan con sus planes destructivos de inteligencia y se refugian en su opinión "competente" desde la posición de un supuesto consenso para inculcar al mundo su punto de vista.