El secretario (ministro) de Educación, Esteban Moctezuma, explicó que más de 30 millones de estudiantes reiniciarán sus clases la última semana de este mes, pero que mientras la contingencia sanitaria se mantenga las actividades escolares se realizarán a distancia.
La programación de televisión educativa se difundirá a través de las emisoras públicas y las cuatro cadenas privadas del país.
Esas compañías recibirán el equivalente a más de 20 millones de dólares como compensación, precisó Moctezuma, al presentar la decisión junto con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Más de 4.550 programas de televisión y 640 de radio en español y más de 20 lenguas indígenas serán transmitidos en el próximo año escolar.
La adjudicación del millonario contrato que incluye a las dos grandes cadenas nacionales, Televisa y TvAzteca, y otras dos medianas, Imagen y Milenio, concentran la mayor parte de frecuencias de televisión todo el país.
Regreso de gigantes
Los dos gigantes televisivos integran dos poderosos conglomerados económicos del país, que han gozado de tratos preferentes de parte de gobiernos anteriores.
Moctezuma salió al paso esgrimiendo que el uso de la televisión se hizo evidente en la Encuesta Nacional sobre Uso de Tecnologías en la Educación de 2019, una herramienta demoscópica producida por un organismo estatal.
La revelación es sorprendente: nueve de cada diez mexicanos tienen acceso a las transmisiones televisivas, mientras que solo cuatro de cada diez tienen algún acceso a Internet.
De vuelta al siglo XX
La experiencia de televisión educativa no es nueva en México: apareció en 1968, cuando el Gobierno comenzó a utilizarla como parte de una estrategia para cerrar las brechas educativas.
Guadalupe Martínez, doctora en pedagogía de amplia experiencia y autora de una investigación sobre educación a distancia, consultada por Sputnik, dijo que "hay una ventaja en cuanto a la experiencia que tiene México en televisión educativa y cultural".
Solo en 2019, un total de 18.743 instituciones educativas del país brindaban programas de educación a 1,5 millones de estudiantes, apoyadas en estas plataformas de televisión.
Por su parte, Alfredo Díaz, director comisionado de Telesecundaria en el poblado de Buenavista, Michoacán (sur), dijo a Sputnik que en ese estado con costa al Pacífico, la experiencia ha sido positiva, aunque los recursos de las familias no son siempre los mejores.
Desde el inicio de la pandemia de COVID-19 "sólo el 20% de los estudiantes tuvo un cumplimiento del 100% de las actividades, el 60% cumplió con apenas una tercera parte", indicó.
El especialista es responsable de casi un centenar de alumnos que atienden sus cursos por televisión, quienes combinan las transmisiones con labores agrícolas, en el cultivo de tomates y pepinos.
"Muchas veces, el problema es que un estudiante no tiene saldo en su celular para los resultados de enviar sus actividades", señala el experto.
Antes de la pandemia, sus alumnos se turnaban para acudir una vez por semana a recibir tutorías, entregar sus deberes y recibir material de apoyo, pero incluso estas actividades se han visto suspendidas debido al distanciamiento social.
Cuando más es menos
La doctora Martínez, quien trabaja en el Centro de Investigación Educativa Hidalgo, señala que el problema es que muchos jóvenes maestros conocen mejor actividades pedagógicas en línea o digitales, e incluso mecanismos más simples como un vídeo en YouTube, que son muy diferentes en su manejo al de una sola emisión educativa.
"Tendrán que ser más propositivos", señala la experta en pedagogía a distancia y formación de maestros.
"Un niño pequeño escucha o ve un programa y algo aprenderá, pero eso es muy distante a un aprendizaje más activo o por descubrimiento", indicó a Sputnik el experto del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de esa ciudad, capital de Jalisco.
En suma, la actual programación de televisión educativa está pensada para suplir las carencias de cobertura, más que de calidad en educación.