Como es sabido, los frutos se propagan por semillas que no caen lejos del árbol, por ende su progenie crece cerca. La única posibilidad de esparcir sus semillas por tierra, entonces, son los animales que comen el fruto y luego las "plantan" en otro lugar cuando defecan.
Ellos felizmente cosechaban el fruto con sus robustos troncos, los aplastaban con sus enormes dientes y pasaban las semillas cómodamente a través de su enorme tracto digestivo.
La semilla anormalmente gigante del aguacate presenta desde un grave peligro digestivo hasta una sentencia de muerte para las especies terrestres contemporáneas, señala Maria Popova, creadora del blog de arte, filosofía, cultura y ciencia Brain Pickings. Después de 13.000 años, el aguacate no tiene ni idea de que los grandes mamíferos han desaparecido.