Las fosas conforman un anillo de más de 2 kilómetros de diámetro que encierra un área de más de tres kilómetros cuadrados alrededor del cerco de Durrington Walls, localizado dentro del complejo de Stonehenge y ubicado a 3,2 km al noreste del monumento homónimo.
Los arqueólogos que realizaron la investigación revelaron que en el lugar existen al menos 20 ejes cada uno con más de 10 metros de diámetro y 5 metros de profundidad. Además, estas fosas podrían haber sido excavadas hace unos 4.500 años con el objetivo de remarcar un área sagrada alrededor del cerco de Durrington Walls, uno de los monumentos más grandes del Reino Unido.
Según los arqueólogos, las fosas reflejan un importante vínculo cosmológico entre estos dos sitios, que marcan los límites sagrados con estos ejes.