La concentración se celebró a pesar de que el Ejército israelí impidió la entrada en la ciudad de decenas de autobuses procedentes de distintos puntos de Cisjordania.
El Ejército cerró varios accesos a Jericó y utilizó granadas de humo para dispersar a los palestinos que se dirigían a la ciudad.
También estuvieron presentes representantes extranjeros, como el enviado de las Naciones Unidas Nikolai Mladenov, un alto representante de la Unión Europea, cónsules acreditados ante los palestinos, el embajador de Rusia, el embajador de China, el cónsul del Reino Unido y el embajador de Jordania, que en algunos casos pronunciaron discursos.
En su alocución, Mladenov recordó que la prevista anexión a Israel vulnera el derecho internacional y pidió a la comunidad internacional que intervenga para detenerla.