"Estamos preocupados por la evolución de la situación política y económica en Siria y los intentos de EEUU de ejercer presión económica sobre Siria, que afecta a la gente común y corriente", dijo durante las negociaciones con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en Moscú.
Zarif constató que "EEUU lo hace todo para desestabilizar la región y Siria", pero a la vez aseguró que Washington "no alcanzará su objetivo".
La nueva normativa estadounidense incluye sanciones que afectan los sectores de petróleo, construcción, ingeniería y aéreo, y además las extiende a las compañías y a las personas físicas extranjeras que cooperen con Damasco.
La Cancillería siria tachó de "terrorismo económico" el nuevo paquete de sanciones de EEUU.
Cumbre telemática sobre Siria
Además, el diplomático anunció que Irán, Rusia y Turquía acordaron celebrar una cumbre telemática sobre Siria.
"Este martes [el 16 de junio] Lavrov dio su consentimiento para realizar esa reunión virtual, el lunes [el 15 de junio] el ministro de Exteriores de Turquía dio su consentimiento, por eso los líderes de los tres países celebrarán una cumbre telemática", dijo.
El canciller iraní agregó que en cuanto lo permita la situación, los presidentes de los tres países se reunirán personalmente.
Si bien Zarif no mencionó una fecha concreta de la cumbre telemática, Lavrov avanzó que el evento podría tener lugar antes de la reunión del Comité Constitucional sirio prevista para agosto.
"Es posible que la videoconferencia de los tres líderes se celebre antes de que [Geir] Pedersen, el enviado especial del secretario general de la ONU, reúna a la comisión de redacción del Comité Constitucional", puntualizó Lavrov en la rueda de prensa.
El jefe de la diplomacia rusa indicó también que durante las conversaciones con su homólogo iraní se destacó que los acuerdos alcanzados en el proceso de paz de Astaná no tienen alternativa.
Lavrov remarcó que debatió con Zarif la situación en el terreno, la reconstrucción de posguerra de Siria, así como el proceso para facilitar el retorno de los refugiados y la entrega de ayuda humanitaria a la población del país árabe.
Las consultas de Astaná que se iniciaron en enero de 2017, contribuyeron a la reducción de la violencia en Siria, azotada por un conflicto desde 2011 en el que las fuerzas gubernamentales se enfrentan a facciones armadas de la oposición y grupos terroristas, entre ellos ISIS (autodenominado Estado Islámico) y el Frente al Nusra, ambos prohibidos en Rusia y otros países.
Las conversaciones dieron además como resultado un acuerdo histórico de alto el fuego con la oposición y el establecimiento de cuatro zonas de distensión.
En el marco de las consultas, en enero de 2018 se celebró en la ciudad rusa de Sochi el Congreso de Diálogo Nacional Sirio que concluyó con la creación de un comité constitucional que actualmente sesiona en Ginebra.