Estados Unidos se sumergió en una ola de protestas por la brutalidad policial contra los afroamericanos, tras la muerte de Floyd. En Internet su publicó un vídeo que muestra como unos policías ponen esposas a Floyd y le sujetan en el suelo con la rodilla en el cuello durante varios minutos. Floyd repetidamente les dice que no puede respirar hasta que queda inconsciente; el hombre murió en un hospital poco después.
Tras el estallido de los disturbios en respuesta a la muerte de Floyd cuatro policías fueron despedidos, a uno le imputan el asesinato no premeditado.
El caso Floyd actuó como un detonante que provocó explosión en EEUU, afirmó y subrayó que la culpa recae totalmente sobre la Policía, además calificó de indignantes los intentos de los agentes y las autoridades de atribuir inicialmente la muerte del afroamericano a sus enfermedades crónicas, en vez de la estrangulación.
Al caracterizar la nueva realidad de EEUU, el general dijo que la Policía se ve obligada a actuar ahora "de hecho en condiciones de una guerra civil", lo que es muy complicado.
"A la Policía y, en algunos momentos, al Ejército se les encomienda la tarea de proteger al Estado y el orden público en EEUU, de proteger a la gente pacífica contra una muchedumbre enfurecida. En tal situación estoy del lado de la Policía. La pandemia y el estrés por la muerte de seres queridos a causa del coronavirus empujó a muchos ciudadanos a lanzarse a la calle para verter sus emociones. Pero junto con ellos salieron unos elementos destructivos y criminales. En tal situación la Policía debe actuar con la máxima corrección eludiendo hacer daño a las personas inocentes", resumió.