Esta opinión fue expresada por Fernando Brancoli, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), quien cree que Brasil no debería experimentar dificultades para acceder a una vacuna en el futuro. Sin embargo, apunta, en el plano político su aislamiento se percibirá mal.
Después de decidir mantenerse al margen de la acción global para acelerar la producción de una vacuna contra el COVID-19, Brasil ni siquiera va a obtener el apoyo de Washington cuando haga falta garantizar el acceso a la vacuna para todos, destaca Brancoli.
"El hecho de que Brasil esté fuera de esta estructura indica una vez más un movimiento hacia el aislacionismo", comentó Brancoli a Sputnik.
Sin embargo, desde el punto de vista simbólico, Brasil quedará aislado y demostrará una vez más que es "un país que no valora el multilateralismo y no se ocupa adecuadamente de las amenazas causadas por el COVID-19", reflexionó el profesor.
"Terminamos convirtiéndonos más en un problema que en parte de una solución", lamentó el especialista. Brancoli califica el camino tomado por el actual Gobierno como "un fracaso" desde el punto de vista diplomático.
Así, en su opinión, Brasil pierde su reconocimiento como país que ejerce liderazgo en cuestiones de salud y empieza a ser percibido como un problema.
Otro síntoma del aislamiento de Brasil en la política internacional son los problemas que enfrenta a la hora de comprar suministros y medicamentos de China, en parte porque el Gobierno de Bolsonaro ha acusado a China de haber inventado el virus.
"El presidente Bolsonaro ha estado haciendo una especie de imitación de Trump en una serie de prácticas políticas. Pero vale la pena recordar que China es nuestro principal socio comercial, un país del que ahora dependemos para la compra de suministros médicos. Esto sin duda perjudicará y creará problemas a medio plazo", señaló el experto.
Tampoco cree en una ayuda real por parte de la Casa Blanca. "Vale la pena recordar que EEUU ha sido bastante egoísta en la lucha contra el coronavirus. Por ejemplo, detuvieron el transporte de medicamentos y suministros médicos que pasaban por su territorio para quedarse con ellos", recalcó Brancoli.
"No hay muchas pruebas de que tengamos privilegios en este sentido. Cabe recordar que, al principio de la pandemia, el presidente Trump trató de asegurarse de que una empresa alemana que investiga la producción de la vacuna garantizara efectivamente su producción solo para Estados Unidos. En este sentido, el presidente Trump ha sido muy directo con EEUU primero, y Brasil no entraría en esta ecuación", concluyó.