La denominada Ley Avia, por el apellido de la diputada del grupo macronista 'La República en Marcha' (LReM), Laetitia Avia, pretende poner fin a los contenidos que "propagan el odio en internet", en una iniciativa que mete en el mismo saco la pedofilia, el terrorismo o cualquier injuria contra una persona por su etnia, religión, raza o pertenencia sexual.
Las plataformas editoras deberán retirar en solo una hora el contenido considerado como "odioso", según los que utilizan las redes sociales. Cualquier sitio que se haga eco de una información incriminada será tan responsable como el emisor originario. Las grandes plataformas digitales deberán incluir un botón para que los usuarios puedan señalar un posible "crimen". "Señalar" es la versión digital de la conocida práctica francesa de la delación.
La legislación francesa cuenta ya con un arsenal de medidas contra los supuestos delitos de opinión, pero el partido de Macron parece no considerarlo suficiente. Por eso, la Ley Avia se ha tramitado por urgencia y su última lectura, tras ser rechazada por el Senado en diciembre de 2019, se ha hecho en plena crisis del COVID-19, ante la indiferencia ciudadana y con unos parlamentarios más preocupados por la salud física que por la salud política.
Censura preventiva y clientelismo
La nueva norma abre la puerta a la censura que puedan ejercer las minorías de cualquier tipo que se sienten víctimas y que, además de recibir subvenciones públicas por el simple hecho de serlo, podrán ahora controlar a la opinión pública en internet.
La izquierda, representada por La France Insoumise, ha sido especialmente crítica con la nueva normativa:
- La diputada Daniele Obono denuncia "una ley peligrosa que pretende censurar opiniones de manera preventiva".
- Su compañero, Alexis Corbiere, se dirigió a los diputados señalando que "en vez de distribuir mascarillas gratuitas y hacer test masivos a la población, el Gobierno instala una censura masiva".
- La derecha y el partido Reagrupación Nacional, de Marine Le Pen, han votado también en contra de la Ley Avia por considerarla liberticida.
No es el primer ataque de Emmanuel Macron contra la libertad de opinión en este periodo de emergencia por el coronavirus. La Secretaria de Estado y portavoz gubernamental, Sibeth Ndiaye, puso en marcha un mecanismo de verificación de la información llamado Desinfox Coronavirus en el que cada día ofrecía los artículos de prensa "correctos" con la gestión gubernamental. La denuncia de un sindicato de periodistas ante el Consejo de Estado acabó con el experimento.
🇪🇦 A la proliferación de bulos y noticias falsas en torno al virus, se une el incipiente deseo por parte del Gobierno de controlar el flujo de información veraz. La oposición califica la propuesta de totalitaria
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) April 16, 2020
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Solo un año después de su llegada al poder, Emmanuel Macron utilizó su mayoría legislativa para hacer aprobar, en noviembre de 2018, La Ley contra la manipulación de la información. Era la primera demostración de su obsesión contra la libertad de prensa y opinión.
Laetitia Avia, una diputada que muerde
La prensa francesa no ha pasado por alto que la impulsora de la nueva ley, Laetitia Avia, no es precisamente un ejemplo de comportamiento. La publicación digital de izquierda Médiapart ha informado de las denuncias de sus excolaboradores parlamentarios. Humillaciones, insultos, burlas y calificativos que su misma ley calificaría de "odio" han salido a la luz.