"No vamos a tolerar que continúen los ataques que violan nuestros acuerdos sobre la zona de seguridad (en el norte de Siria). Si el régimen y la organización terrorista no se toman bajo control, tomaremos medidas", dijo en un telemensaje a la nación.
La situación en el noreste de Siria, en particular en la provincia de Idlib, se agravó a finales de febrero pasado, cuando el grupo terrorista Hayat Tahrir al Sham (antes conocido como Frente al Nusra, proscrito en Rusia) lanzó una serie de ataques masivos, a los que el Ejército sirio respondió con un bombardeo aéreo.
Turquía respondió a los ataques del Ejército sirio con una operación de represalia, Escudo de Primavera, y, alegando que no puede acoger nuevos desplazados, permitió a los migrantes que ya se encuentran en su territorio cruzar libremente la frontera hacia dos países de la Unión Europea, Grecia y Bulgaria.
Los presidentes de Rusia y Turquía se reunieron el 5 de marzo en Moscú en un intento de frenar la escalada en Idlib.
Varias horas de negociaciones derivaron en un acuerdo sobre el alto el fuego en la zona de distensión de Idlib desde el 6 de marzo y la creación de un corredor de seguridad de 12 kilómetros de ancho, seis a cada lado de la autopista M4 Latakia-Alepo, con misiones de patrulla ruso-turcas desde el día 15 en un tramo de esa ruta.