El proyecto del Gobierno contempla una desescalada gradual diferenciada entre una Fase 0 de preparación, una Fase 1 de apertura inicial, una Fase 2 de transición intermedia y una Fase 3 de recuperación avanzada, a cuyo término se establecerá lo que Sánchez llamó una "nueva normalidad".
"Terminarán en ese momento las restricciones sociales, económicas, pero se mantendrá la vigilancia epidemiológica y, sobre todo, las medidas de higiene y protección personal que deberán persistir hasta que contemos con una vacuna que nos proteja contra el virus", dijo Sánchez.
Sin embargo, no se permitirá la visita a domicilios de familiares —a no ser que sea para prestar ayuda a una persona mayor o dependiente— hasta la llegada de esa "nueva normalidad", según precisó Sánchez en respuestas a las preguntas de los periodistas.
Del mismo modo, como cada provincia adaptará su velocidad de transición entre fases en función de su situación epidemiológica y su capacidad asistencial, también se prohibirán los desplazamientos entre territorios hasta esa última fase de desescalada.
"La diversidad geográfica, económica, demográfica de nuestro país y la amplia descentralización de nuestra administración desaconsejan una desescalada homogénea", señaló Sánchez para explicar que "la movilidad interprovincial se producirá cuando lleguemos a la fase de nueva normalidad"
Esto implica que, además de posponerse las reuniones familiares hasta el final de la transición, no se permitirán desplazamientos para visitar a parientes de otros territorios si estos viven en lugares situados en una fase más retrasada del proceso.
En su discurso, el presidente recordó que la amenaza del virus sigue presente en esta fase de desescalada del confinamiento, que empezará a aplicarse oficialmente a partir del 4 de mayo.
En ese sentido, dijo ser consciente de que tras más de un mes de encierro la población está ansiosa de volver a su vida normal y retomar el contacto con sus seres queridos, pero llamó la atención sobre que "desgraciadamente" ese es todavía un escenario lejano.
"En estos días no hay nadie que no piense en lo que hará cuando lleguemos al final de este descenso: en los reencuentros, en los viajes, en el renacer de planes y proyectos que quedaron aparcados… ese día, desgraciadamente, aún no ha llegado", dijo.