"El retorno al país de 36 compatriotas se está facilitando por razones humanitarias, ellos se encontraban en Chile por tratamiento médico en diferentes hospitales y contrataron una aeronave (de la empresa) Ecojet para que los recoja", explicó la Cancillería en un comunicado.
Medios locales reportaron duras críticas en las redes sociales al Gobierno transitorio de Jeanine Áñez, que dispuso el cierre de fronteras por la pandemia pero ha autorizado la salida de varios vuelos y caravanas de ómnibus con extranjeros, y ahora el vuelo desde Santiago, pero no permite el ingreso de bolivianos por carreteras.
El comunicado oficial señaló que "ningún vuelo solidario anterior ni actual fue pagado por el Gobierno de Bolivia".
En una declaración anterior, la Cancillería dijo que había instruido a sus embajadas y consulados que den asistencia humanitaria a los bolivianos en el extranjero, pero no mencionó la posibilidad de facilitar su retorno.
Entretanto, se mantenía la tensión en el pueblo fronterizo de Pisiga, a unos 460 kilómetros al sur de La Paz, donde 480 bolivianos estaban desde el pasado fin de semana en cuarentena en un campamento militar, luego de que el Gobierno, enfrentado a presiones internas y externas, les permitiera el ingreso desde Chile.
La Defensoría del Pueblo denunció este miércoles que pudo verificar hacinamiento, mala alimentación y peligro de contagios en el campamento de Pisiga.
"Se asignaron carpas de dimensiones reducidas (3x3), donde ingresan de 10 a 12 personas, lo que imposibilitaría el aislamiento social; la dotación insuficiente para combatir el frío de la zona y con posibles afectaciones a la salud de los niños y niñas que habitan el campamento", señaló la Defensoría.
Añadió que ha pedido a las gobernaciones regionales que se hagan cargo de llevar a los bolivianos del campamento a sus comunidades de destino, cumpliendo normas de bienestar y seguridad sanitaria.