La sangrienta operación militar, que incluyó el empleo de proyectiles con uranio empobrecido contra civiles, tenía el objetivo declarado de acabar con una supuesta limpieza étnica en esa región conflictiva. Y en la práctica sirvió para que la nación norteamericana se hiciera con el control de los Balcanes.
La campaña de bombardeos de la OTAN, que duró del 24 de marzo al 11 de junio, fue el "último episodio" de la estrategia occidental para destruir Yugoslavia, señaló a Radio Sputnik el especialista en la historia militar contemporánea Fernando Mon.
Constató que sí se logró "partir a Yugoslavia en varios países", de los cuales casi todos, salvo Serbia y Bosnia y Herzegovina, son miembros de la OTAN.
Es más, la región acoge "la mayor base militar estadounidense fuera del territorio nacional", Camp Bondsteel, cuya construcción empezó inmediatamente después de los bombardeos sobre Yugoslavia.
"La base asegura el control militar sobre los Balcanes, sobre el Mediterráneo oriental, con proyección hacia Oriente Medio, el Mar Negro y hasta el Cáucaso. El objetivo era terminar de destruir Yugoslavia, instalarse en esa zona y debilitar también a Rusia, destruyendo un aliado histórico de Rusia como es Serbia", aseguró.
Señaló que "la agresión de 1999 marcó un antes y un después" en el sentido de que Rusia se dio cuenta de que "no se puede confiar en Occidente", una postura que calificó como "totalmente fundamentada".
En estas circunstancias, valoró altamente la gestión de Vladímir Putin, "un buen estadista, muy hábil, que ha logrado defender los intereses de Rusia".
"En los '90 Rusia no pudo defender a su aliado que era Yugoslavia frente a la agresión de la OTAN. Hoy la situación es distinta. Ha logrado recuperarse y proyectar su poder, según se ha demostrado con la reincorporación de Crimea, en Siria e incluso en Libia. Hoy veo a Rusia fuerte, resurgida y hábil en la defensa de sus intereses. Unos intereses que además coinciden con los intereses de gran parte de la humanidad que se ve amenazada por esta tendencia de la hegemonía unipolar de EEUU que cada vez está más en decadencia, y por eso es cada vez más agresivo", manifestó Fernando Mon.