Del Río representa los intereses de la familia de Óscar Rodríguez Pomar, asesinado en Barranquilla en 2011. La investigación por el crimen apuntaba a Hernández como autor intelectual y a Carlos Rodríguez Gómez —padre de la víctima— como el verdadero objetivo. Pero el sicario se equivocó de persona.
Cuando faltaban dos semanas para el balotaje de junio de 2018 se originó un diálogo entre el Ñeñe y una mujer, identificada posteriormente como María Claudia Daza, mano derecha del expresidente Álvaro Uribe, padrino político del actual presidente, Iván Duque.
En el audio se escucha a Hernández referirse "a buscar a una plata para pasar bajo la mesa para soltarla en los departamentos", en alusión al dinero ilícito destinado presuntamente a comprar votos en distintas localidades.
"Descubrimos que se estaba estableciendo un presunto fraude electoral para favorecer la campaña política del actual presidente (...) decidimos que la ciudadanía y la opinión pública tenían que conocer los audios y demostrar por qué ese proceso —el asesinato de Óscar Rodriguez Pomar— había tenido esta parálisis durante años", dice el abogado.
Amigos son los amigos
El escándalo estalló el 4 de marzo con la publicación de la transcripción de parte de los audios en el portal La Nueva Prensa. Desde entonces surgieron otros datos del vínculo entre Hernández, Duque y Uribe, tales como fotos, más audios y videos.
El Ñeñe fue asesinado en mayo de 2019 en un confuso episodio ocurrido en Brasil. Sus restos fueron repatriados y su muerte lamentada por políticos, oficiales policiales y militares, cantantes, entre otros.
Entre los políticos se destacó el expresidente colombiano Álvaro Uribe, padrino político del actual mandatario Duque. "Causa mucho dolor el asesinato de José Guillermo Hernández", compartió Uribe públicamente. "La persona que aparece dialogando con el Ñeñe Hernández sobre el repartido dinero es la asesora del presidente Uribe" enfatizó Del Río, en referencia a Daza.
El abogado sostuvo que "el coronavirus llegó en un momento preciso para tapar un poco ese auge del tema del Ñeñe en la política, obviamente sin desmeritar lo que significa la pandemia. Pero le llegó en un momento muy justo al Gobierno Nacional".
"Si el presidente sale bien librado de este tema y lo asume con altura, y de alguna manera no resulta trascendental, saldrá con un margen de popularidad que puede funcionar como una suerte de teflón sobre la situación política actual", apuntó.
"Si por el contrario hace un mal manejo de la crisis y los resultados impactan socialmente, evidentemente sería un extremo muy grave para él", dijo Del Río. En cualquiera de las dos alternativas "se trata de un tema supremamente grave", destacó.
Finalmente Del Río consideró que "la presunta compra o intervención de un narcotraficante para conseguir unos dineros que favorezcan la segunda campaña del presidente Duque (...) es absolutamente grave para la salud de la democracia".