Ante la inminente partida del príncipe Harry y su esposa, la reina Isabel II deja la puerta de la casa real del Reino Unido abierta a su nieto y a Meghan Markle. Es lo que se ha sabido de la reunión que mantuvieron durante cuatro horas el 1 de marzo la reina de Inglaterra y su nieto, al que le recordó: "Eres muy querido y siempre serás bienvenido".
Reunidos en el Castillo de Windsor, los dos representantes de la familia real inglesa aprovecharon esta oportunidad para "aclarar las cosas" entre ellos, ya que la monarca está "muy disgustada" con la decisión del duque de Sussex, tal y como ha informado una fuente desde la propia Casa Real.
"Cuando Harry y Meghan anunciaron que querían abandonar, todo ocurrió muy deprisa y fue agotador para todos los implicados. El 1 de marzo fue la primera vez que la reina tuvo una oportunidad de hablar directamente con Harry y descubrir cuáles eran sus planes realmente. Era un entorno mucho más relajado y pudieron sincerarse", explicó el informante, tal y como ha publicado The Sun.
Ahora, la reina espera que la conversación haya "aclarado las cosas y que el camino hacia adelante se vea más positivo".