"Hemos decidido destinar todos los recursos que sean necesarios", anunció la presidenta Jeanine Áñez, tras dirigir en ese pueblo vecino a la ciudad de Cochabamba una reunión con cinco ministros, en la que evaluó la situación y discutió medidas de emergencia y de prevención.
Áñez señaló que los ministerios de Gobierno y de Defensa han movilizado más de 500 bomberos, agentes del orden y soldados para tareas de rescate de personas atrapadas entre inmuebles destruidos y limpiar calles e inclusive el cauce del río desbordado.
La presidenta anunció la creación de una autoridad regional de manejo de cuencas, que sería en realidad la reposición de un servicio que operó hasta la década pasada, cuya misión será encarar obras de prevención de desastres mediante el control de los cauces de centenares de pequeños ríos de de la región.
Áñez dijo que el programa de prevención incluirá medidas drásticas contra los denominados "asentamientos" ilegales de familias de escasos recursos que se apropian de áreas próximas a los ríos, práctica a la que atribuyó la mayor parte de la culpa de los desbordes como el del pasado fin de semana.
"Asentamientos" ilegales fueron señalados también como causa principal de deslizamientos de tierra ocurridos el lunes en un barrio marginal de La Paz, donde al menos 23 familias perdieron sus viviendas.
La actual temporada de lluvias en Bolivia, que según los servicios de defensa civil amenaza todavía con provocar inundaciones en regiones amazónicas del noreste, ha dejado hasta la semana pasada 19 muertos y más de 10.000 familias afectadas.