"Enfatizamos que la unidad e integración regional es la única vía para enfrentar la dominación que ejercen las estructuras hegemónicas de poder mundial, y que han dejado a nuestros pueblos en una condición histórica de subordinación y vulnerabilidad política, económica y cultural", subraya el documento dado a conocer en La Habana, al término de la cumbre.
También menciona la formación de médicos integrales en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) en Cuba y en Venezuela, la empresa Petrocaribe, las Casas del ALBA, los Juegos deportivos ALBA, la televisora multinacional TeleSur y la Radio del Sur.
La declaración ratifica además el compromiso con la construcción de un modelo alternativo de soberanía económica, expresado en una nueva arquitectura financiera, para "consolidar un sistema de intercambio y cooperación recíproca, solidaria, participativa y complementaria, que fortalezca nuestra libertad económica y comercial".
La declaración final de la XVII Cumbre del ALBA-TCP también repudió las políticas agresivas impuestas contra el Gobierno de Venezuela, y rechazó la activación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) contra esta nación suramericana.
También condenó el golpe de Estado contra el gobierno constitucional en Bolivia, y denunció los reiterados intentos desestabilizadores contra el Gobierno de Nicaragua.
Condena las "sistemáticas acciones del Gobierno de Estados Unidos para desacreditar y sabotear la cooperación internacional que presta Cuba en la esfera de la salud en decenas de países", exige el fin del bloqueo económico, comercial y financiero que Washington impone a la isla desde 1962, y critica a la Casa Blanca por la revitalización de la Doctrina Monroe.
La declaración ratifica además, el derecho de los países del Caribe a recibir un tratamiento justo, especial y diferenciado, y refirmó que las naciones caribeñas encontrarán siempre en el ALBA-TCP "una plataforma de articulación, cooperación y complementariedad para la defensa de sus justos reclamos y reparaciones".