Según el Índice de 2019, el año pasado el número de muertes relacionadas con el terrorismo disminuyó en un 15% en comparación con 2017, con un saldo de 15.952 muertes en 2018.
En esos Estados las acciones terroristas afectan ante todo a las fuerzas del orden, los civiles y la infraestructura.
Los demás atentados, ocurridos en los países donde no se desarrollan acciones bélicas, van dirigidas, en cambio, contra los turistas y los periodistas.
El terrorismo, pese a la reducción de la cifra de víctimas mortales, sigue siendo un fenómeno muy difundido en el mundo actual, pues como mínimo en 71 países al menos una persona resultó afectada en 2018, mientras que los atentados se registraron en 103 Estados.
La mayor parte de los atentados con víctimas mortales, según el informe, tuvo lugar en Afganistán, Irak, Nigeria y Siria.
La lucha armada contra el terrorismo internacional ha llevado a una reducción significativa, de un 69%, de las muertes a manos del grupo terrorista ISIS, autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia.
Se estima que en Irak y Siria actualmente permanecen unos 18.000 radicales de ISIS, mientras que en 2014 había 70.000.
El impacto negativo del terrorismo en la economía mundial también ha seguido disminuyendo, con 33.000 millones en 2018 frente a las pérdidas de 54.000 millones de dólares registradas en 2017.
Los grupos terroristas más sanguinarios del año pasado fueron los talibanes, ISIS y Boko Haram.