"Llamamos a las autoridades de facto de Bolivia a promover la agenda de unificación, contribuir a la consolidación de la sociedad y no centrarse en la incitación de hostilidades, sino en lo que acabo de mencionar", dijo Zajárova en una rueda de prensa.
La diplomática alertó de que "actualmente no se trata solo de los enfrentamientos entre partidarios y opositores de [el depuesto presidente boliviano, Evo] Morales, sino también de una posible confrontación por motivos étnicos, sociales".
Advirtió de las consecuencias potenciales de un conflicto por motivos nacionales, especialmente uno incitado desde el exterior, y destacó que el nombre oficial del país es Estado Plurinacional de Bolivia.
Al mismo tiempo, la portavoz de la Cancillería rusa subrayó que todavía queda pendiente el problema de la legitimidad del Gobierno de facto boliviano "que llegó al poder como resultado de acciones con elementos substanciales del golpe de Estado".
Además, la portavoz de la Cancillería rusa aseguró que Moscú está interesada en una América Latina políticamente estable y económicamente sostenible, al recordar que Rusia y Bolivia tienen relaciones amistosas y de cooperación mutuamente beneficiosa.
Al responder a la pregunta de si Rusia considera ser un mediador en el regreso de Morales al país, Zajárova dijo que su país siempre está abierto a la mediación.
"Son múltiples nuestros esfuerzos de mediación pero deben basarse en las normas del derecho internacional; en general estamos abiertos a la cuestión y las funciones de la mediación", dijo.
Bolivia está envuelta en una crisis política desde el pasado 10 de noviembre, cuando el presidente Evo Morales renunció a su cargo, presionado por la cúpula de las Fuerzas Armadas y la Policía y luego de varias semanas de protestas de grupos violentos de la oposición por un presunto fraude electoral en los comicios del 20 de octubre.
Luego de que Morales fue asilado por México, la senadora opositora Jeanine Áñez se autoproclamó presidenta sin pasar por los procedimientos legislativos previstos en unas sesiones del Parlamento que no tenían el quorum requerido.
Los partidarios de Morales cuestionan la maniobra de Áñez y demandan su renuncia en movilizaciones multitudinarias.