"Es lamentable lo que ha sucedido en Bolivia, porque es evidente que ha existido un golpe de Estado, desconociendo la voluntad popular del pueblo boliviano. Debemos mantenernos alertas y vigilantes de la forma en la cual se orquestan este tipo de golpes de Estado, con una injerencia de las fuerzas de derecha al interior del país", dijo a Sputnik Lloret.
El asambleísta añadió que hay que reconocer la actitud de Morales, que prefirió dar un paso al costado para que no se derrame la sangre de sus hermanos bolivianos.
Advirtió que hay que estar alertas a "una persecución contra quienes fueron los líderes del proceso boliviano, pues no solo pueden ser perseguidos, sino que se está poniendo en riesgo la vida e integridad de ellos y sus familias; ya se ha visto los ingresos violentos a las casas de los principales funcionarios del Gobierno de Morales para incendiarlos y cometer una serie de hechos bochornosos y punibles".
"Este tema merece la alerta de todo el mundo", enfatizó.
El líder indígena, en la presidencia de Bolivia desde 2006, dimitió el 10 de noviembre en medio de violentas protestas y tras la petición expresa por parte de la Policía y las Fuerzas Armadas.
La dimisión de Morales desató una situación de vacío de poder e inseguridad con acciones de vandalismo, saqueos, ataques a domicilios y cortes del agua potable en la noche del 10 de noviembre.
Tras la renuncia de Morales y buena parte de la cúpula dirigente, incluido el vicepresidente Álvaro García Linera y la titular del Senado, Adriana Salvatierra, la segunda vicepresidenta de la Cámara de Senadores, Jeanine Áñez Chávez, reclamó que le corresponde a ella asumir provisionalmente la presidencia de Bolivia para convocar a nuevas elecciones.