En el vídeo se ve que el pájaro está relativamente tranquilo, sentado sobre un carrito, hasta que lo acercan a las jaulas de los gatos. Momento en el que la cacatúa pierde los estribos.
Eriza las plumas sobre su cabeza y se pone a gritar como un loco mientras los gatos no le quitan los ojos de encima, como si fueran a atacarlo. Curiosamente, en ciertos momentos la cacatúa parece dirigirse a su dueña mientras grita, obligándola a irse cuanto antes.