Los visitantes del festival pudieron ver en esta exposición como soldados de juguete con rifles automáticos seguían a decenas de Barbies desnudas que se movían hacía varios microondas. Otras muñecas fueron crucificadas en brillantes cruces rosadas.
La exposición ofendió a varias personas y provocó altercados el 31 de agosto que acabaron con la destrucción de las luces traseras de un vehículo y el arresto de una persona, informa The Jewish News of Northern California.
"Hemos recibido un número de quejas. Claro está que los individuos tienen derecho a la libertad de expresión. Pero es todavía muy ofensivo e inadecuado cuando este derecho se utiliza para trivializar el Holocausto con fines políticos, sociales o artísticos", declaró Seth Brysk, director regional de la Liga Antidifamación de EEUU.
Sin embargo, había participantes que vieron en el Campo de Exterminio de Barbie un poco de humor negro, un comentario social o incluso una audaz crítica del materialismo estadounidense.
Al autor del Campo de Exterminio de Barbie, James Jacoby, le sorprendió todo el alboroto que fue causado por su pieza de arte. Él ha presentado este campo durante 20 años en el festival. Jacoby tiene 65 años y es un exdirector financiero que vive en Meadow Vista. También es judío y su padre participó en la Segunda Guerra Mundial. Su avión fue derribado sobre Berlín y fue capturado por los nazis.
"Ciertamente no queremos provocar a nadie, pero Burning Man no es un lugar seguro. No es la Universidad de Yale. No puedes ir y esconderte de algo que no te gusta", comentó el autor de la exposición al medio estadounidense.
Burning Man es el festival que se celebra anualmente en el desierto de Black Rock en Nevada. Este evento es un tipo de experimento dirigido a crear una comunidad de autoexpresión radical. Los participantes exhiben en área sus obras de arte, a veces de formas fantásticas, durante más de una semana.