Según el ente, la enfermedad fue detectada en una niña de nueve años, que llegó con su madre a Uganda desde la vecina República Democrática del Congo el 28 de agosto.
Actualmente, la niña está aislada y recibe tratamiento en un centro especial.
El ébola provocó en total dos muertos en Uganda: el niño al que corresponde el caso índice y su abuela. La familia había viajado a la RDC para enterrar a un pariente, también fallecido por ébola.
A principios de agosto la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) comunicó que intensifica el control en la frontera entre Uganda y la República Democrática del Congo (RDC) para prevenir la propagación de la epidemia de ébola.
La OIM organizó centros de chequeo médico en los puntos fronterizos a lo largo de la frontera con la República Democrática del Congo.
El brote actual de ébola en la RDC fue declarado el 1 de agosto de 2018 y, según los últimos datos oficiales del Ministerio de Salud del país africano, ha causado 1.998 muertos.
El virus del Ébola provoca una enfermedad grave que a menudo conduce a un desenlace letal, con una tasa de mortalidad que llega al 50%.
La enfermedad, que se contrae mediante el contacto directo con órganos, sangre u otros líquidos corporales de las personas infectadas y con materiales contaminados, va acompañada de fiebre, debilidad y dolores musculares, vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática y, en algunos casos, hemorragias internas y externas.