Los investigadores examinaron alrededor de 500 kilogramos de nieve recolectada cerca de la estación científica alemana de Kohnen y descubrieron que contenía átomos de hierro-60, un isótopo que no tiene fuentes terrestres naturales y solo se origina como resultado de supernovas o como residuo de explosiones de armas nucleares.
A su vez, el investigador alemán Gunther Korschinek señaló que las partículas del isótopo halladas en la nieve antártica se originaron probablemente a partir de una acumulación de nubes de gas. Según explicó Korschinek, el sistema solar "entró en una de estas nubes hace aproximadamente 40.000 años y saldrá en unos pocos miles de años".
Según precisaron los investigadores, esto podría ser un "descubrimiento innovador para los que trabajan en el medio ambiente del sistema solar". Asimismo, permitirá a los astrofísicos verificar la transición de nuestro sistema solar a la nube de gas.
Una supernova es una explosión estelar que da lugar a un aumento notable de la intensidad del brillo de la estrella y libera una gran cantidad de energía.