"Al estudiar detalladamente todas las circunstancias, llegamos a la conclusión de que será razonable abstenernos de participar en este evento", destaca el texto.
El ministerio añadió que "duda de que sea correcto un enfoque que prevé discusiones sobre los 'problemas de democracia' en Venezuela sin la participación de los mismos venezolanos, representados por el Gobierno de [Nicolás] Maduro y otras fuerzas políticas".
"No estamos seguros de que la reunión de un día con la participación declarada de unas 100 delegaciones, que se atienen a posturas diferentes, sea capaz de acordar las medidas de la ayuda real para encontrar soluciones a los difíciles problemas que afronta este país", sostiene el comunicado del organismo ruso.
La duda principal, según Moscú, consiste en que no se entiende cómo los objetivos planteados para la conferencia contribuirán al diálogo interno venezolano, auspiciado por Noruega.
El comunicado destaca la disposición constante de Rusia de colaborar en la búsqueda de vías para una la solución política de la crisis en Venezuela.
"Confirmamos la aspiración al posterior diálogo constructivo con países de América Latina, incluido Perú, y los países de la región, interesados en la labor conjunta para colaborar a la solución en Venezuela", dice el texto.
El pasado 3 de julio, el canciller peruano Néstor Popolizio anunció la convocatoria y mencionó especialmente la invitación cursada a las autoridades de Rusia, China, Turquía, Cuba y Bolivia, que apoyan al Gobierno de Nicolás Maduro.
Perú es parte del Grupo de Lima, integrado por 14 países americanos preocupados por la situación venezolana y que reconocen como "presidente encargado" al diputado opositor Juan Guaidó.