"Se busca la debida ejecución del amparo provisional otorgado por el máximo tribunal el pasado 14 de julio, pues a criterio de Rodas, el ministro de Gobernación, Enrique Degenhart, se burló de ese fallo al suscribir el convenio", informó el portal informativo PubliNews.
Por último, el titular de la Procuraduría para los Derechos Humanos en Guatemala pidió garantías de libre manifestación para una eventual movilización el martes 30 de julio en las inmediaciones del Congreso, que tiene programada una sesión plenaria.
Rodas insiste en que el pueblo guatemalteco fue engañado, pues mientras Morales negaba que se tratase de un acuerdo de "tercer país seguro", el presidente Donald Trump lo celebraba como tal.
"Fue ilegal, entonces para eso está el estado de derecho", resaltó Rodas, quien denunció que el acuerdo fue suscrito bajo las amenazas de Trump de poner aranceles a las remesas que envían los guatemaltecos residentes en EEUU a sus familias.
Degenhart afirmó este lunes en rueda de prensa que "tener aranceles a las exportaciones hubiera sido nefasto, si a eso le agregamos que las remesas también iban a ser afectadas, se afectaría el bolsillo de millones de guatemaltecos".
Washington y Guatemala firmaron el viernes 26 de julio el Acuerdo de Cooperación respecto al Examen de Solicitudes de Protección con EEUU para frenar la migración irregular, lo cual la Casa Blanca definió como un convenio para convertir a la nación centroamericana en un tercer país seguro.
El convenio precisa que "Guatemala no retornará ni expulsará a solicitantes de protección", de cuyo traslado se encargará EEUU, a menos que el solicitante abandone el requerimiento o este le sea denegado.
Estados Unidos sólo procesará en su territorio las solicitudes de protección de menores no acompañados, y de las personas que hayan ingresado al país con una visa válida, que no sea de tránsito.
A Guatemala le corresponderá evaluar una por una las solicitudes de protección, según las políticas migratorias nacionales y lo establecido en el convenio.
En octubre del año pasado comenzaron a partir desde Centroamérica multitudinarias caravanas de migrantes con destino a EEUU, hecho que fue catalogado por Trump como un problema para la seguridad nacional.