A principios de enero, el periódico turco Yeni Safak comunicó que Turquía rechazó una nueva propuesta de Estados Unidos de que renuncie a la compra de los sistemas antiaéreos rusos S-400, a cambio del suministro de los misiles Patriot estadounidenses debido a que la oferta de Washington no incluía descuento ni transferencia de tecnología.
"Porque [los sistemas rusos] son de mejor calidad, más adecuados para nuestras necesidades y menos costosos", explicó Yakis la elección de Ankara.
Agregó que el suministro de los S-400 a Turquía es un nuevo avance en la cooperación bilateral.
Asimismo, señaló que cualquier intento de EEUU de excluir a Turquía del programa del desarrollo de aviones de combate estadounidenses F-35 a causa de la adquisición los sistemas antiaéreos rusos S-400 implicará un litigio.
En opinión de Yakis, tanto las autoridades de Estados Unidos como la compañía aeroespacial Lockheed Martin, fabricante de los F-35, "tomarán en cuenta estos factores".
El antiguo canciller turco recordó que Ankara había pedido 116 aviones F-35. Cuatro de ellos están inscritos en el inventario de la Fuerza Aérea turca pero todavía se encuentran en EEUU.
Turquía firmó en 2017 un contrato con Rusia para adquirir sistemas S-400 por valor de unos 2.500 millones de dólares.
EEUU se opuso a la transacción y exigió al Gobierno turco que rompiera el contrato y comprara en su lugar misiles estadounidenses Patriot.
La Casa Blanca amenazó a Turquía con represalias si llegaba a adquirir los sistemas antiaéreos rusos, en concreto aseguró que iba a suspender la entrega de los nuevos cazas F-35.
El S-400 (SA-21 Growler en la clasificación de la OTAN) es capaz de abatir aparatos aéreos de tecnología furtiva, misiles de crucero, misiles balísticos tácticos y táctico-operativos.
Con un alcance de hasta 400 kilómetros, el sistema ruso puede abatir blancos a alturas de hasta 30 kilómetros.