"Como día vacío, este día del solsticio es propicio para recibir energía de una vida equilibrada a través de los rayos del sol, para reflexionar sobre la vida", afirmó Mamani en diálogo con Sputnik, explicando el significado de la jornada.
Siguiendo la tradición aymara, Bolivia celebró este 21 de junio con ofrendas a la Madre Tierra y al Padre Sol el Año Nuevo Indígena que se inicia con el inicio del invierno y marca también el comienzo del año agrícola.
Señaló que el 21 de junio marca también el retorno del Sol, o Willka Kuti en lengua aymara, representando el inicio de un nuevo ciclo astronómico en el que la Tierra alcanza su distancia máxima del astro e inicia su acercamiento anual.
"Por eso los aymaras dicen que el día del solsticio es propicio para meditar, para reconocer que la Pachamama y el Tata Inti nos dan una nueva oportunidad para vivir bien, para aprovechar de manera positiva la energía cósmica", añadió.
Caminata presidencial en ruta incaica abre celebración de Año Nuevo Indígena en Bolivia @evoespueblo https://t.co/LYGG6gVnQU
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) June 19, 2019
Según Mamani, las ofrendas que se queman en fogatas ceremoniales en honor de la Pachamama tienen el "significado profundo de agradecimiento y meditación" que "son parte de la cosmovisión andina".
La celebración del Año Nuevo en 21 de junio es una tradición de los pueblos aymaras del altiplano boliviano y de otras culturas andinas, que se mantuvo vigente a lo largo de la colonización española.
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Este 21 de junio los aymaras bolivianos celebraban la llegada del año 5.527, que calculan sumaron los 527 años transcurridos desde la llegada de los conquistadores españoles a cinco ciclos anteriores de 1.000 caños cada uno, dijo Mamani.