"Consideramos la detención de los diplomáticos, los empleados de la Misión de la ONU en Kosovo, incluido el ciudadano de la Federación de Rusia, como un desprecio total al derecho internacional", dijo Volodin en su discurso ante los miembros de la Asamblea Nacional de Serbia.
Según Volodin, la ONU "debería expresar su posición".
"De la determinación que muestre y las acciones concretas que emprenda no solo depende su prestigio sino también la paz de los Balcanes", dijo el jefe de la Duma Estatal.
Según el político, la falta de una respuesta clara de la Unión Europea a las acciones de provocación de los kosovares "pone en duda la capacidad de la UE para mediar en el diálogo entre Belgrado y Pristina".
"Creemos que todas las partes deben cumplir con la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU y aquellos que no siguen estas decisiones deben asumir la responsabilidad", enfatizó Volodin.
El 28 de mayo, efectivos policiales de la autoproclamada República de Kosovo lanzaron en el norte de la región una operación especial bajo el pretexto de combatir el crimen organizado.
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Se produjeron enfrentamientos entre los agentes policiales y serbios locales que se saldaron con varios heridos, incluidos tres policías, un periodista y dos empleados de la ONU, uno de ellos fue Krasnoschekov, que sufrió lesiones graves en la cabeza, el pómulo y una fractura de la mandíbula superior.
Kosovo, antigua provincia serbia poblada mayoritariamente por albaneses, proclamó en 2008 una independencia que Belgrado no reconoce.
Por el momento, la independencia de Kosovo ha sido reconocida por EEUU, Canadá y la mayoría de los miembros de la UE, pero no goza del reconocimiento de Rusia, China, España, Irán, Israel o Grecia, entre otros países.