"Creo que lo peor que pudiera haber ocurrido es que tuviéramos que hacer el ajuste como nos lo hubieran puesto el FMI o el Banco Mundial", expresó la secretaria de Estado.
"Costa Rica estuvo a punto de una quiebra. Fue un trago muy amargo (la reforma fiscal), pero era necesario para evitar la quiebra", dijo Marín, quien asumió en su cargo en enero de este año.
La propuesta del Ejecutivo, denominada Proyecto de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas y aprobada finalmente en diciembre de 2018, generó durante su discusión una huelga de más de tres meses de duración, la más extensa en el país centroamericano en casi 20 años.
Para la ministra, la aprobación el 8 de este mes de la reforma fue "el gran logro" del primer año de Gobierno de Alvarado.
"Seguimos con el paciente hospitalizado, ya estable, pero hospitalizado", graficó Marín, quien aseguró que todavía hacen falta medidas para superar la situación.
Reforma tropical
El 1 de julio entra en vigor la segunda etapa de esta reforma, que supone la aplicación de un Impuesto al Valor Agregado de 13% para una gran cantidad de servicios, sustituyendo al antiguo impuesto sobre las ventas.
"Es un trago amargo. A nadie le gusta pagar más impuestos", concedió Marín, quien dijo que la situación económica es en buena medida la explicación de la escasa aprobación de la gestión del presidente Alvarado durante su primer año de Gobierno.
La mitad de la población costarricense tiene una opinión desfavorable del presidente y solo el 27% aprueba su gestión, según la última encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica, publicada en abril pasado.
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Además, el desempleo en el último trimestre de 2018 fue de 12%, la cifra más alta de los últimos 10 años, lo que profundiza el sentimiento de rechazo de la gestión presidencial entre la población costarricense.
"Ha sido un año muy difícil y muy complejo en términos de lo económico y eso es desesperanzador para la población, y yo lo entiendo en esa dimensión; cuando se toman decisiones de este tipo, por supuesto que no va a haber popularidad alguna", señaló la ministra de Comunicación.
Agregó que "no hubo luna de miel".
"Tuvimos la posibilidad de hacer una propuesta, 'tropicalizarla' a lo que a nosotros menos nos duele, no digo que sea indolora, y eso es lo que tenemos, por suerte, porque lo otro [el FMI] hubiera sido mucho más doloroso y mucho más intrusivo", afirmó.
Agregó que este "fue el jarabe que nosotros nos hicimos y nos tomamos. ¿Sabe feo? Sabe feo, por supuesto, pero lo peor hubiera sido que no solo nos hubiera tocado el jarabe sino que nos hubiera tocado la vacuna obligada".
Reacción de los mercados
La ministra dijo, además, que pese a las dificultades para estabilizar la economía ya se están viendo los resultados y los mercados están "reaccionando mejor" a la captación de recursos del Gobierno a partir de la aplicación de la reforma.
"Ya hay mejores plazas, ya hay mejores plazos; antes a veces no lográbamos colocar la deuda, ahora ya no solo lo logramos sino que incluso rechazamos ofertas, lo que quiere decir que hay una mayor esperanza, mayor tranquilidad y confianza en los mercados financieros, lo cual es una buena señal", indicó.
Marín señaló que la discusión sobre la reforma fiscal opacó el trabajo y los logros del Gobierno en otras áreas, y destacó el aumento de la inversión en obra pública.
Marín es licenciada en Comunicación y también en Derecho, y tiene una maestría en Derechos Humanos.
Antes de asumir como ministra de Comunicación se había desempeñado como viceministra de Diálogo Social del actual Gobierno.