Entre el 29 de abril y el 5 de mayo, "más de 150.000 personas abandonaron las regiones (el norte de la provincia de Hama y el sur de la provincia de Idlib) en busca de seguridad", dijo la agencia de la ONU.
Aparte de esto, los bombardeos y los ataques aéreos destruyeron una decena de escuelas y dañaron la infraestructura médica.
Horas antes, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), informó que al menos 27 civiles fallecieron y 31 resultaron heridos en las provincias sirias de Hama e Idlib en los últimos ocho días por los combates.
La gobernación de Idlib fue ocupada en 2015 por varios grupos armados y organizaciones terroristas.
En virtud de los pactos entre las facciones insurgentes y Damasco, se fueron trasladando a Idlib los grupos que se negaron a abandonar la lucha armada durante las operaciones antiterroristas de Alepo, Homs, Guta Oriental, Deraa y Al Quneitra.
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En 2017, Idlib pasó a integrar una zona de distensión patrocinada por Turquía.