De acuerdo con un artículo de The New York Times, la agente, llamada Azra Turk, apareció en la reunión en un bar londinense y se presentó como asistente de investigación. La idea de la reunión era discutir la política exterior de Estados Unidos.
Esta no es la primera vez que sale a la luz pública que agentes encubiertos del FBI se intentaron infiltrar en el equipo de Trump. Incluso, el ahora mandatario norteamericano denunció esta práctica ilegal en lo que él mismo bautizó como el 'spygate'.
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Por su parte, el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, ha señalado en varias oportunidades que se encargaría de verificar esa información. Esto ganó impulso tras la publicación del informe del fiscal especial Robert Mueller, quien no pudo establecer pruebas de la colusión con Rusia y la campaña presidencial de Donald Trump.
Según la ley de EEUU, el FBI no tiene derecho a intervenir en política, y si se puede demostrar que la investigación fue llevada no por una persona personalidad sino un grupo de personas del Buró esta podría ser la base para el procesamiento.
Trump nunca ha ocultado su animadversión hacia los servicios especiales y la comunidad de inteligencia. Él considera que la inteligencia estadounidense es parte del llamado 'Estado profundo', que sirve de escudo para la élite política secreta de Estados Unidos.
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