"No queremos que tengan libre paso y no solo por cuestiones legales sino por cuestiones de seguridad, desgraciadamente en el norte [de México] hemos tenido problemas de asesinatos de migrantes, en otros tiempos, y no queremos eso", dijo el mandatario en conferencia de prensa al hablar de la detención.
López Obrador descartó que se trate de un cambio en su política migratoria de respeto a los derechos de los migrantes, a quienes el Instituto Nacional de Migración (INM) ha otorgado unas 15.000 visas humanitarias en sus casi cinco meses de mandato, que les permiten trabajar o viajar a la frontera con EEUU para solicitar asilo.
"Queremos, en primera instancia, ofrecer trabajo, visas de trabajo; lo segundo es cuidarlos y para eso se les pide un registro, para saber de dónde son y tener sus datos generales, sobre todo en el caso de familias, porque vienen niños", afirmó López Obrador.
Mencionó que en las caravanas que han recorrido el país desde octubre del año pasado hay traficantes de personas, llamados "coyotes" en la jerga del crimen organizado.
Ante ese riesgo, las autoridades buscan, además, "no permitir el enganche o el tráfico que se lleva a cabo con migrantes, es decir personas que cobran por trasladar a migrantes a la frontera norte", relató el mandatario.
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El jefe del Poder Ejecutivo fue preguntado si las autoridades detectaron a los traficantes de migrantes en la caravana de unas 3.000 personas que se reunió a lo largo de los últimos días en Chiapas, que fue interceptada en el municipio de Pijijiapan, de ese estado fronterizo con Guatemal.
Para controlar esos flujos de personas indocumentadas "se requiere este registro y ayuda humanitaria, alimentación, atención médica y seguimiento permanente hasta la frontera" con EEUU, puntualizó.
Cerca de la medianoche del lunes (6:00 GMT de martes) la autoridad federal migratoria reportó el "rescate de 367 migrantes" en un procedimiento de revisión a un grupo de personas, que ante esta labor agredieron al personal del INM, indicaron las autoridades mexicanas.
Por esta razón, el INM solicitó el apoyo de la Policía Federal.
Política migratoria "sin contradicción"
El mandatario descartó que el traslado de los migrantes de regreso a la estación migratoria de Tapchula, cerca de la frontera con Guatemala, a unos 150 kilómetros de donde fueron detenidos, represente una contradicción con su política migratoria, alineada con el Pacto Mundial de Migración, "segura, ordenada y regular", alcanzado en Marruecos en diciembre pasado.
"No hay contradicción, hemos actuado con mucho respeto a los migrantes, con respeto a sus derechos humanos, hasta ayer hubo este incidente", acotó.
El presidente también negó que la detención de los migrantes sea para satisfacer a su homólogo estadounidense, Donald Trump, quien amenaza con cerrar la frontera de su país con México si no son frenadas las oleadas migratorias en este país.
López Obrador reafirmó que "el planteamiento de fondo que estamos haciendo al Gobierno de EEUU es que con urgencia se apoye el desarrollo en los países hermanos de Centroamérica, nosotros requerimos también esa inversión y han ofrecido apoyar"; pero "lo más urgente" es la ayuda a la región centroamericana.
El titular del Ejecutivo mencionó que los organismos financieros internacionales pueden destinar fondos "para impulsar proyectos productivos, crear empleo, y de esa manera atemperar el fenómeno migratorio, que no se resuelva con deportaciones".
"Estamos otorgando posibilidades para que trabajen en el sur del país porque es un problema serio originado fundamentalmente en Centroamérica, de falta de oportunidades y de violencia", dijo el presidente.
Reconoció, además, que las autoridades mexicanas tienen problemas para vigilar la frontera con Guatemala y Belice, porque "es muy extensa y difícil de vigilar con partes de selvas, no es un asunto fácil de controlar, hay que atender las causas, que se busque a una solución".
Los agentes del INM suelen detener y deportar a migrantes que no se registran antes de recorrer el país, y han acompañado y suministrado alimentos y medicinas a varias caravanas que ingresaron al país desde el año pasado.
Esta es la primera vez que un intento de controlar a unos 3.000 migrantes termina en una detención masiva.