"En lo referente a Idlib, estamos muy preocupados tras varios informes recibidos en los últimos días, que hablan del reinicio de los combates", dijo la funcionaria, agregando que "cualquier ataque militar de gran envergadura en el noroeste de Siria pondría en peligro la vida de miles de personas".
Según Rochdi, la ONU estima que, desde comienzos de febrero, 190 personas murieron y otras 1.600 se vieron obligadas a abandonar sus hogares por la reanudación de los combates en la zona de Idlib.
La representante de las Naciones Unidas advirtió que una posible escalada afectaría a un gran número de personas, dificultando la labor de los organismos humanitarios.
La gobernación fue ocupada en 2015 por varios grupos terroristas, entre ellos el Frente al Nusra, también conocido como Hayat Tahrir al Sham (prohibido en Rusia).
En virtud de los pactos entre las facciones insurgentes y Damasco, los grupos que se negaron a abandonar la lucha armada durante las operaciones antiterroristas de Alepo, Homs, Guta Oriental, Deraa y Al Quneitra se fueron trasladando a Idlib.
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En 2017, la provincia pasó a integrar una zona de distensión patrocinada por Turquía.