La última manifestación se celebró en la ciudad capitalina el 2 de marzo. La cantidad de los participantes se ha reducido considerablemente en comparación con el apogeo de las protestas.
Sin embargo, decenas de miles de personas siguen inundando las calles cada sábado para manifestar sus demandas sociales y políticas.
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Los actos de desobediencia civil suelen estar marcados por enfrentamientos con la Policía, lanzamientos de granadas de humo y destrucción de edificios y automóviles.