Por más que quieran desterrar definitivamente al olvido el úselo y tírelo, en favor del 'reducir, reciclar, reutilizar' –3R– devenido en "producir, usar, reciclar y volver a utilizar", el bloque comunitario está dándose de cabeza con la realidad.
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Así, la UE impulsa desde hace unos años la eficiencia en el uso de los recursos: dicho de otra forma, utilizarlos de manera más sostenible. Las materias primas como el agua, los minerales, la madera, entre otros, deben gestionarse con más eficiencia a lo largo de su ciclo de vida, desde su primera extracción hasta su eliminación final.
Esto implica que la creciente competencia por unos recursos que son limitados, provocará el incremento de los precios y aumentará la inestabilidad. Se trata de tendencias globales con un impacto enorme en la economía europea en particular.
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Es por eso que en Europa piensan que depender menos de unos recursos limitados, la hará menos vulnerable a las crisis de suministro y a la volatilidad de los precios del mercado. También pueden contribuir a ello las tecnologías ecológicas y las energías renovables, las eco empresas y el reciclado.
Inciden en el bloque que eso beneficiará a todos. Y es que si a nivel global se siguen utilizando los recursos al ritmo actual, en 2050 hará falta el equivalente de dos planetas para sostener a los seres humanos sobre la Tierra.
Para ser más eficiente en el uso de los recursos, millones de empresas y consumidores tendrán que cambiar su manera de producir y consumir. Todos tendrán que asegurarse de que las políticas, la financiación, la inversión, la investigación y la innovación sigan una misma tendencia.
En este sentido, el Dr. en Geopolítica de la Universidad de Pisa, Rolando Dromundo, cree que hay una dificultad geopolítica de cómo operar Europa 2020 para llevarla a cabo, y el impacto que pueda tener en lo real.
"Al final de cuentas nos encontramos en la lógica de un sistema económico mundial que lo que menos le importa es hacer reformas ambientales que le sean beneficiosas", se lamenta el experto.
El analista observa que "a veces a la economía 'se le presentan' condiciones para crecer en países que obviamente no respetan esto [el medio ambiente], lo genera también una contradicción. Entonces qué bueno que la UE impulse estas medidas, que trate de que todos sus miembros la respeten y la lleven a cabo".
"Pero por otro lado hemos visto también cómo al final de cuentas, por la lógica de cómo funciona, de cómo está organizado el capitalismo en este momento en el mundo, los polos de la economía ya no están en torno a Europa: […] Asia presenta más crecimiento. Vemos que China y EEUU, como los países que más contaminan, no han mostrado ninguna voluntad de realmente querer, ni disminuir sus emisiones de dióxido de carbono, ni tampoco tener una agenda ambiental", concluye el Dr. Rolando Dromundo.