"La subsistencia de un nido terrorista en Idlib es un hecho", afirmó Lavrov tras reunirse con el canciller kazajo, Beibut Atamkúlov.
Para Lavrov, "que Al Nusra y su flamante reencarnación, Hayat Tahrir al Sham [ambas organizaciones, proscritas en Rusia] hayan conquistado buena parte del territorio allí contradice los acuerdos logrados sobre la zona de seguridad en Idlib".
Rusia y Turquía firmaron un acuerdo en septiembre de 2018 para la creación de la zona desmilitarizada en la gobernación de Idlib, a la que se habían ido trasladando los grupos rebeldes reacios a abandonar la lucha armada contra el Gobierno sirio.
Según algunas estimaciones, los grupos armados ilegales que operan en esta provincia cuentan con unos 30.000 militantes, incluidos mercenarios extranjeros.
La reunión en Astaná
La próxima cumbre de los líderes de Rusia, Turquía e Irán sobre la situación en Siria podría celebrarse en febrero, declaró el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov.
"Se ha logrado un acuerdo de principio (…) sobre la celebración el mes que viene de una cumbre (sobre Siria) con la participación de los presidentes de Rusia, Turquía e Irán", dijo Lavrov.
El canciller ruso agregó que se informará de los detalles de la reunión una vez que estas sean acordados.
La participación de Estados Unidos en la nueva reunión sobre el conflicto sirio en el formato de Astaná sería útil, declaró Serguéi Lavrov.
"Habitualmente invitamos a esas reuniones a los representantes de EEUU en calidad de observadores, y al principio tomaron parte en ellas, pero luego decidieron dejar sin respuesta nuestras invitaciones, (…) sin embargo estoy seguro de que la utilidad [de la participación de EEUU] sería evidente", dijo.
El canciller ruso confirmó que la nueva reunión sobre Siria está programada para mediados de febrero.
"Estamos ultimando todos los detalles técnicos", afirmó.
Protección de fronteras
Lavrov también dijo que Moscú considera que Ankara y Damasco podrían basarse en el Acuerdo de Adana sobre la lucha contra el terrorismo para garantizar la seguridad de su frontera común.
"Consideramos que es totalmente posible que Turquía y Siria utilicen con este fin el llamado Acuerdo de Adana de 1998; tengo entendido que el Gobierno sirio también hizo una declaración el otro día, que indica que está dispuesto a trabajar sobre la base de este acuerdo para garantizar la seguridad fronteriza", declaró Lavrov tras las negociaciones con su homólogo kazajo.
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Según el ministro ruso, el problema de seguridad en la frontera sirio-turca surgió tras la decisión de Estados Unidos de retirar de estas zonas a sus asesores y las unidades leales a EEUU; en estas condiciones es necesario evitar que se cree un vacío, indicó.
Damasco instó a Ankara a que "active" el acuerdo y cese el apoyo a los terroristas, así como que ponga fin a la ocupación de Siria y regrese la situación en la frontera al estado anterior a la crisis.
Por su parte, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo que el acuerdo permite a Ankara realizar operaciones transfronterizas en el territorio sirio en caso de peligro.
Además, declaró que las fuerzas de su país estaban preparadas para lanzar una ofensiva al este del Éufrates y en la zona siria de Manbij contra las fuerzas kurdas si EEUU, que las respalda, no las retiraba de allí.
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Posteriormente, el mandatario turco anunció que decidió postergar la ofensiva después de una conversación telefónica con su homólogo estadounidense, Donald Trump, el pasado 14 de diciembre, tras la cual EEUU decidió retirar sus tropas de Siria.