"La vigilancia será permanente, se va a mantener, no se puede suspender, existe ya una red de 10.000 elementos, y si es necesario se va a incrementar, se están creando bases especiales en un plan para cuidar todos los ductos", afirmó el mandatario.
Además, el Gobierno adquirirá 500 camiones cisternas para la distribución terrestre del 25% del consumo nacional.
Los fondos para comprar esa flota de vehículos de transporte terrestre "saldrán de lo que nos estamos ahorrando, se va a invertir, vamos a contratar conductores que se van a formar, vamos a incrementar en 25% la capacidad de transporte de combustible", agregó.
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Las bandas de delincuentes continúan boicoteando el operativo, y a las 2:42 horas (8:42 GMT) de 17 de enero otro sabotaje ocurrió en el ducto que suministra combustibles al centro del país, que va desde el puerto de Tuxpan, en las costas del Golfo de México, a una terminal de almacenamiento en el norte de la capital, un trayecto de unos 600 kilómetros.
El mandatario insistió en que el país importa el 75% de los 800.000 barriles de gasolinas, diésel y turbosina que consume.
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Añade que el país pierde unos 3.000 millones de dólares anuales por el robo de combustible.
"El operativo de vigilancia se va a mantener, necesitamos los ductos porque el transporte allí es más barato, ya está red y no podríamos construir otra red de distribución, pero se necesita mantener los ducto funcionando con una vigilancia permanentemente", enfatizó.
Los responsables de evitar el robo a la petrolera estatal "lo toleraron, los encargados del cuidado y seguridad de los ductos de la seguridad, en vez de cerrarlos cuando son perforados, los mantienen abiertos y las alarmas pasan más de 12 horas sin ser atendidas", puntualizó.
Más de 70% de las gasolineras del centro del país sufren escasez, según la Procuraduría Federal de Protección al Consumidor.