Para examinar de manera efectiva cómo ambos MBT de la OTAN están cerca de la obsolescencia, se deben analizar tres áreas clave: la capacidad de supervivencia, la potencia de fuego y la movilidad, señaló Will Flannigan, autor del texto.
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"La integración de un APS en el T-14 demuestra cuán lejos están los diseñadores de tanques occidentales en reconocer sistemas de supervivencia blindados nuevos, más livianos y más efectivos", apuntó.
En las versiones estándares del Challenger 2 y M1A2, los sistemas de protección activa no se utilizan, lo que indica que los tanques de la OTAN son inferiores a los modernos vehículos, destacó el autor.
En lo que toca la potencia de fuego, los T-14 cuentan con cañones de ánima lisa 2A82-1M de 125 mm y, a diferencia de los tanques occidentales, los cañones rusos y soviéticos tienen la capacidad de disparar misiles guiados antitanques. La eficacia de combate del Challenger 2 y del M1A2, a pesar de los éxitos en Irak, son motivo de preocupación, particularmente después de la creación del T-14, consideró el autor.
El autor consideró que sin una comprensión y un compromiso adecuados con las futuras fuerzas blindadas, el Reino Unido, Estados Unidos y la OTAN en general "estarán en una grave desventaja contra la modernizada fuerza terrestre rusa encabezada por el T-14".
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"El T-14 ha claramente obligado al Gobierno británico y al estadounidense a tomar medidas para intentar ponerse al nivel de la nueva tecnología, pero sin una planificación futura, el Challenger 2 y el M1A2 solo pueden llegar hasta un determinado punto antes de que se vuelvan obsoletos sin un reemplazo fiable que todavía no ha sido anunciado", concluyó Flannigan.