El informe de la ONU, que abarca un período de 20 meses hasta agosto de 2018, denuncia numerosas violaciones de los derechos de los refugiados y migrantes cometidas tanto por las autoridades, como por grupos armados y traficantes de personas.
El informe se basa en entrevistas de 1.300 migrantes y refugiados que regresaron a Nigeria o fueron a Italia.
"Los migrantes o refugiados que logran llegar hasta la costa para intentar el peligroso cruce del mar Mediterráneo son interceptados de forma creciente por la Guardia Costera Libia (GCL), que a su vez los traslada de nuevo a Libia, donde muchos vuelven a ser sometidos al patrón de abusos del que escaparon", dice el documento.
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El informe subraya que Libia no puede considerarse como un lugar seguro para los migrantes o refugiados tras ser rescatados o interceptados en el mar; y que la política europea que busca reducir la posibilidad de que los migrantes y refugiados alcancen las costas europeas, "ha contribuido a atrapar en Libia a miles de personas desesperadas".
"La situación es horrorosa", afirmó la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
Agregó que "si se abordase la impunidad generalizada no solo se lograría acabar con el sufrimiento de decenas de miles de mujeres, hombres y niños migrantes y refugiados que solo buscan una vida mejor, sino que también se conseguiría socavar la economía ilícita paralela construida sobre el abuso de esas personas, y ayudaría a establecer la ley y el orden y las instituciones nacionales".