En el transcurso de la conversación la corresponsal Olga Ívshina le pedía al periodista que encontrase alguna 'relación de Rusia' con los disturbios, ya sea estatal o privada.
Explicó que su fervor por encontrar el vínculo entre el movimiento de los 'chalecos amarillos' y el Kremlin se debía a que su redacción le 'exigía sangre', razón por la cual se esforzaba por encontrar 'el ángulo correcto' para informar sobre dichas protestas.
Francia vive desde mediados de noviembre una oleada de manifestaciones violentas cuyos participantes, los llamados 'chalecos amarillos', protestaban en un principio por el alza de los impuestos a los combustibles, pero más tarde, después de que el Gobierno retiró la medida, empezaron a demandar también la dimisión del presidente Emmanuel Macron.
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