La crisis suscitada por la protesta de los 'chalecos amarillos' en Francia ha dejado a Emmanuel Macron debilitado y representando en solitario la imagen de la peor crisis que vive su país desde las revueltas del llamado Mayo del 68. En solo 18 meses, su aura de político renovador y osado puede haberse ido al traste definitivamente entre sus compatriotas. Y ni siquiera la mayoría absoluta con la que cuenta en la Asamblea puede servirle para recuperar una autoridad que es rechazada desde las rotondas y los peajes de provincias hasta las principales avenidas de la capital francesa.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) November 20, 2018
Luis Rivas: La nueva lucha de clases en Europa https://t.co/465R5nA44S
Angela Merkel no tiene la mayoría en el Bundestag, pero sus administrados no se han levantado, de momento, contra la política económica y social de la coalición conservadora-socialista, sino contra sus decisiones en el asunto de la inmigración. Sus malos resultados electorales en las elecciones generales de 2017 y en las consultas regionales posteriores han obligado a la líder de la primera potencia europea a programar su retirada política al final de su actual mandato, en 2021.
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Merkel deja como legado la irrupción en las cámaras legislativas federal y regionales del partido Alternativa para Alemania (AfD), de carácter nacionalpopulista, una nueva nube negra en el escenario que liberales y democristianos europeos querían dibujar para el futuro firmamento del club comunitario.
La arrogancia que los 'chalecos amarillos' reprochan a Emmanuel Macron también se puso de manifiesto cuando, pretendiendo erigirse en el jefe de la cruzada contra el populismo europeo, insultaba a gobiernos vecinos como "una lepra" que había que atajar.
Merkel se desentiende de Macron
Ahora, esos dirigentes europeos que se sentían insultados desde el Elíseo sonríen ante la inmensidad de la crisis interna a la que Macron hace frente y que le deja al desnudo en el escenario continental. Porque, está claro, Merkel tampoco le va a servir de mucha ayuda.
Audio: "Los problemas de Macron son parte de su desprecio de clase"
Dice el director del Instituto Jacques Delors, Sebastien Maillard, que "ya nadie va a escuchar en Europa a Angela Merkel". "Es un duro golpe para Europa" —subraya Maillard— "ya que su retirada va a hipotecar los grandes retos europeos, empezando por la emigración".
Otra experta francesa, Coralie Delaume, va más allá y en su libro 'La pareja franco-alemana no existe' expone que la Unión Europea está dirigida desde Berlín, que se ha beneficiado de la creación del mercado único y de la moneda común que el resto de sus socios deben sufrir.
Delaume considera que el mercado único ha debilitado a la periferia de la UE y es en parte causante de la fractura sicológica que provoca que desde el Norte del continente se considere a los países del Sur como 'pigs' (iniciales en inglés de Portugal, Italia, Grecia y España).
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Si Macron lo tenía ya difícil para encabezar la cruzada liberal contra los defensores de una Europa que prefiere la preponderancia del estado/nación a la superestructura bruselense, ahora ya no podrá apoyarse en su legitimidad dentro de su propio país.
Emmanuel Macron se planteó la cita electoral europea de mayo como un desafío al nacionalpopulismo que se extiende imparable sobre Europa. Una guerra que él quería encabezar para atajar la "lepra" en su país y en el resto del continente. Sus enemigos designados no pueden sino festejar ante las imágenes de caos que París y otras ciudades francesas ofrecen al mundo, mientras Angela Merkel prefiere callar. Macron reconoce el "estado de urgencia social" de Francia. No es solo una figura retórica. En esas condiciones, reconoce que ha perdido municiones para la gran batalla europea.
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LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK