"Llamamos a los franceses a no protestar en París, será una trampa", dijo Cauchy citado por BFMTV.
Señaló que los ciudadanos en las regiones de Francia "expresarán su descontento de manera pacífica por una política que no nos conviene a nosotros ni al 85% de los franceses".
Las protestas de los chalecos amarillos en Francia —llamados así porque los activistas visten prendas de alta visibilidad en carretera— comenzaron el 17 de noviembre como manifestaciones contra el alza en el precio de los combustibles, pero rápidamente se extendieron a otros temas como los nuevos impuestos y la disminución del poder de compra.
Según el Gobierno francés, desde su inicio las protestas han dejado cuatro muertos y varios centenares de heridos.
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El 4 de diciembre el primer ministro, Edouard Philippe, anunció la suspensión de la subida de las tasas sobre los carburantes, que debía aplicarse a partir del 1 de enero de 2019, por un plazo de seis meses, además, aseguró que las tarifas de electricidad y gas tampoco aumentarán durante el invierno próximo.
Al día siguiente, el ministro de Transición Ecológica, François de Rugy, declaró que el incremento de los impuestos queda anulado para todo el año 2019.